Vivimos en la sociedad de la imagen, nos guste o no. A día de hoy, no solo es importante que seamos guapos o no, sino que también hay que aparentarlo. Eso nos va a ayudar a conseguir ser más populares y que las personas que nos hayan visto nos recuerden bien y guarden una imagen perfecta de nosotros y nosotras. El cuidado de esa imagen personal es una cuestión que debemos tener siempre en consideración porque va a determinar el éxito que podamos tener en determinados aspectos de la vida, como es el caso del empleo. Cuidando de nuestra imagen, tenemos muchas más opciones de conseguir el trabajo que queremos. En caso de que no sea así, las dificultades crecen. Debemos tener en cuenta que nuestra imagen va a ser la de la empresa para la que trabajamos, sobre todo si estamos de cara al público.
La belleza es un aspecto que nos va a ser requerido por parte de la sociedad, principalmente a causa de la existencia de las redes sociales y especialmente desde la creación de una red como lo es Instagram, que puso su foco de una manera mucho más intensa en el físico de las personas que lo que lo habían hecho previamente Facebook o Tuenti. Instagram es la representación fehaciente de esa imagen física por la que apuesta la sociedad en la que nos encontramos y lo cierto es que nos vamos a encontrar más puertas abiertas si cuidamos de esa imagen que si adoptamos una posición indolente en lo que tiene que ver con este asunto.
En una noticia publicada en la página web expansion.mx se hablaba de las cosas en las que basamos nuestra percepción de la belleza y comentan cosas interesantes, como que hay determinados patrones culturales que nos rigen este pensamiento. En Occidente, por ejemplo, se suele valorar de una manera muy intensa un factor como lo es la simetría, mientras que en Japón la situación es la contraria, determinándose la asimetría como algo más cercano a la perfección estética. No obstante, son muchos los científicos que siguen estudiando la percepción que tenemos ante un asunto tan interesante y tan profundo como este. Estaremos pendientes de las conclusiones que vayan obteniendo porque la verdad es que es un asunto que va a tener influencia a lo largo de nuestra vida.
En otra noticia, en este caso publicada en la página web del diario La Vanguardia, se hablaba de lo que el autor denomina la ciencia de la belleza. Destacaremos únicamente una de las frases que se destacan en dicho artículo y que viene a decir que el rostro es la parte más pública de una persona porque es la que permite que esta persona sea reconocida por la gente. Por tanto, es importante que, si queremos cuidar de nuestra imagen, no solo cuidemos de nuestro cuerpo a través del ejercicio físico, sino que hagamos lo propio con la cara. Los ojos, los dientes y las facciones de nuestro rostro van a tener un papel muy relevante a la hora de que las personas que nos vean en persona o a través de las redes sociales determinen si somos bellos o no.
La sonrisa es el arma principal con la que cuenta una persona para ser considerada bella por aquellas que le rodean o que ven alguna de sus fotos a través de redes sociales. Esto es lo que apuntan todos los expertos en la materia y lo que refrendan los dentistas de Mesiodens, una clínica dental situada en la ciudad de León, cuando se les pregunta por el motivo por el cual su clientela apuesta por realizar cualquier arreglo que tiene que ver con su sonrisa. Que esta sea blanca y se muestre perfectamente cuidada es fundamental para generar una muy buena impresión y dotar de un gran aspecto al conjunto de nuestra cara.
Es cierto que la sonrisa no es el único factor físico de nuestro rostro del que debemos estar pendientes si queremos ser bellos y bellas, pero sí que tiene una influencia tremenda en comparación con los demás. Hay personas con los ojos azules, negros o marrones que son consideradas guapas, pero no hay gente con una sonrisa amarilla o a la que le falte algún diente que sea considerada bella. ¿Qué queremos decir con esto? Que un aspecto como los ojos no es vinculante en lo que respecta a la determinación de la belleza, pero la sonrisa y su limpieza sí que lo son. Si no cuidamos de ellas como es debido, que no os quepa ninguna duda de que no tenéis opciones de ser considerados guapos o guapas. Así de claro.
Importante tanto para los hombres como para las mujeres
Hay algunos aspectos que a los hombres se les suele valorar más que a las mujeres y viceversa en términos de belleza.
- A ellos se les suele exigir tener un cuerpo más definido, cuidar de su barba y se valora en mucho mayor medida el color de los ojos.
- A ellas, en cambio, se les pide en las más que conocidas curvas, el pelo o la suavidad de la piel.
Sin embargo, la sonrisa es igualmente importante tanto para los hombres como para las mujeres. Se trata de uno de esos factores que debe existir en cualquier cara para potenciar su belleza y que por tanto todo el mundo haría bien en cuidar, que es precisamente lo que viene sucediendo con esas visitas al dentista de las que hablábamos algunos párrafos por encima. Seguro que a todas y cada una de las personas que estáis leyendo estas líneas os gusta un rostro que presente una sonrisa perfectamente blanca y cuidada. Y es que no hay una imagen peor que la de unos dientes que sean irregulares, amarillos y una boca que presente incluso la falta de alguno de ellos.
La sonrisa es, además, una herramienta que puede potenciar el rejuvenecimiento de nuestra cara. Son muchas las personas a las que les interesa que su cuerpo no refleje su edad real, principalmente porque esta ha crecido y estas personas desean mantenerse lo más jóvenes posible. Ante cualquier técnica que aparece en los anuncios que nos encontramos en la televisión o en Internet, nosotros siempre vamos a recomendar el cuidado de nuestra sonrisa. Gracias a ella, quizá no nos podamos quitar quince o veinte años de encima, pero sí cinco. Eso suele ser más que suficiente en muchos casos.
Un elemento que dice mucho de nosotros y nosotras
La sonrisa es, además de todo lo que ya hemos comentado en párrafos anteriores, un medio a través del cual transmitimos muchas cosas en relación a nuestra propia persona. Una sonrisa cuidada y blanca pone de manifiesto que somos personas que apuestan por la higiene personal. Eso es algo que no se puede vislumbrar en un color de ojos concreto, por ejemplo. Y es que la sonrisa habla, dice cosas sobre lo que priorizamos y lo que no. Y el ser humano, por supuesto, y aunque lo haga sin apenas darse cuenta, valora este tipo de cosas.
En este sentido, podríamos equiparar la sonrisa a la decoración de nuestro domicilio o a la ropa que llevamos. Se trata de tres elementos que nos definen y que ofrecen una primera imagen de lo que somos y lo que queremos. Sin duda, todas aquellas personas que generen una grata impresión en relación a estos asuntos a la gente que tengan alrededor, van a tener una gran popularidad y van a estar bien valoradas. Eso, sin duda, va a ser fundamental para el desarrollo y mantenimiento de nuestra imagen personal.
Es importante que nos vayamos concienciando de muchas de las cosas que hemos ido viendo a lo largo de estos párrafos. Es verdad que no tenemos que estar permanentemente obsesionados y obsesionadas con la belleza, pero tampoco podemos dejarla de lado como si no fuera un elemento importante en nuestra vida, porque lo es y va a tener influencia en nuestras experiencias y éxitos. Debemos ser conscientes de lo que nos puede aportar y de lo que nos puede ayudar a construir. Después, cada persona elegirá si quiere desarrollarla o no. Lógicamente, la respuesta que recomendamos para cada una de las personas que estáis leyendo estas líneas es que lo hagáis. Quienes toman esa decisión y siguen ese camino no suelen arrepentirse en absoluto de ello.
La belleza siempre ha sido y siempre será un factor muy importante para las personas. Es verdad que a día de hoy lo es todavía más gracias a la popularidad con la que cuentan las redes sociales, pero aunque esas redes dejen de ser tendencia en el futuro, la belleza siempre se va a valorar, al igual que sucedía cuando no existía Internet. Todos y cada uno de nosotros y nosotras podemos hacer algo para potenciarla… y ese es un tren que no debemos dejar escapar. Nunca perdáis la oportunidad de hacerlo. Es una inversión en vosotros y vosotras mismas.