El sexo puede llegar a ser algo maravilloso, siempre y cuando lo hagamos con la persona adecuada y tomemos las precauciones pertinentes.
Así es, tomar precauciones es lo más importante de toda esta historia, y aunque nos pueda parecer algo aburrido en ese momento de efusividad y pasión, a la larga lo agradeceremos ¡y no sólo por evitar embarazos no deseados! Sino también para mantenernos a salvo de las enfermedades de transmisión sexual como el sida o la gonorrea, que tanto daño hacen a nuestro sistema inmunitario.
Uno de los factores más importantes que toman parte en la precaución durante el sexo, es el uso del preservativo; este pequeño producto puede ayudarnos a tener sexo seguro, siempre y cuando sepamos cómo usarlo. Aunque puede parecer una obviedad, muchas personas no sólo no saben colocarlo bien ¡sino que, además, no saben elegir el adecuado! Lo cual puede ser muy peligroso, ya que, si no elegimos el preservativo que mejor se ajuste tanto a nosotros como a nuestra pareja, podemos sufrir muchos problemas (tanto durante el sexo como al terminar).
Este problema existe porque por desgracia muchas personas no reciben la educación sexual necesaria, y, por si fuera poco, al haber tanta variedad de marcas y tanta tipología de preservativos, las personas también pueden acabar abrumadas, ya que esto las incita a usar cualquiera para salir del paso.
En este artículo veremos los diferentes tipos de preservativo existentes, y entenderemos qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir uno de ellos para poder tomar la mejor decisión.
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Elegir el mejor es cuestión de conocimiento.
Sabemos que, como hemos mencionado anteriormente, tanta variedad puede acabar abrumando a cualquiera; sin embargo, desde aquí hacemos un llamamiento a la calma, porque una vez entendamos acerca del tema y tengamos el conocimiento necesario, podremos elegir bien sin problema ¡en serio!
Los preservativos pueden ser femeninos y masculinos, aunque los dos sirven para lo mismo; frenan la introducción de los espermatozoides en el cuerpo de la mujer (o del hombre) durante el sexo, y protegen nuestros genitales durante el coito para evitar así el contagio de enfermedades sexuales.
En este caso vamos a centrarnos en los más comunes, que son los masculinos. Podemos dividirlos en 5 categorías, que son las siguientes:
- Según tus necesidades (y las de tu pareja).
Aunque la función básica del preservativo sea protegernos, la cosa ha evolucionado muchísimo. Hoy día, el preservativo también puede servirnos si sufrimos de eyaculación precoz o si necesitamos un estimulante extra para llegar al orgasmo.
De esta forma, entendemos que existen preservativos que nos ayudan a ralentizar el orgasmo masculino a la vez que aceleran el femenino (con gel efecto calor para ella y gel efecto frío para él), preservativos que contienen un contenido extra de lubricante para facilitar las relaciones sexuales en mujeres que lubrican con menor facilidad, e incluso preservativos ultra sensitivos para aquellos que necesitan una sensación más “natural” para poder llegar al orgasmo.
¡Hay variedad para todo el mundo!
- Por su sabor.
¡Fijaos si hay variedad, que podemos encontrar preservativos hasta de sabores!
Principalmente están enfocados al sexo oral, ya que muchas personas prefieren realizarlo usando estos productos para sentirse más seguros. Puedes encontrarlos en una gran variedad de sabores: de fresa, de sandía, de plátano, multi frutas y hasta de chocolate.
Sin embargo, no cubren ninguna de las necesidades específicas que mencionamos anteriormente; de hecho, la mayoría de médicos recomiendan usarlos sólo para sexo oral, desechándolos a la hora de iniciar la penetración, y usando uno diferente para ello.
- Por intolerancias.
Muchas personas son alérgicas al látex ¿lo sabías? También pueden llegar a ser intolerantes, lo cual se convierte en una gran incomodidad para las parejas a la hora de tener sexo.
El problema empieza por la falta de conocimiento de que existen preservativos especiales para aquellos que tengan alergia o intolerancia al látex, ya que, esas personas que desconocen su existencia, prefieren no usar preservativos para evitar el sufrimiento durante el sexo, rechazando así cualquier medio de precaución.
Así que desde Comercial Apra nos lo dejan bien claro: los preservativos sin látex existen, y además, son completamente adecuados para personas que sientan molestias durante el sexo a la hora de introducir el preservativo ¡no lo olvides y haz buen uso de ellos!
- Según el tamaño.
Como es lógico, el tamaño del pene es uno de los factores clave para determinar cuál es el adecuado. Saber si un preservativo es nuestra talla o no, es muy sencillo: éste debe quedarnos perfectamente ajustado cuando nuestro pene está erecto. Si el preservativo se nos sale, o si éste nos queda demasiado ajustados, esto puede ser una clara señal de que ésta no es nuestra talla.
Lo mejor es empezar usando una talla normal, la cual viene indicada en la caja de preservativos e ir mirando si nos queda o no (a no ser que suframos de micropene o de forma contraria, tengamos un pene extremadamente grande); la talla que le sigue a la normal, es la XL, y también es una talla común.
Ante todo, es importante no obsesionarse con el tamaño e intentar escoger una opción que no nos quede sólo por parecer mejores; esto no sólo dañará nuestra autoestima, sino que puede provocar problemas durante el sexo, como que el preservativo se nos quede dentro de nuestra pareja durante el coito, o que se rompa ¡mucho cuidado con esto!
- Según tu presupuesto.
Así es; tu preservativo ideal también puede ir determinado por tu presupuesto.
Por lo general, las marcas más conocidas tienden a ser más caras, y el problema está en que la mayoría de las personas se guía más por la popularidad de ciertas marcas que por su eficacia. No nos dejemos engañar ¡un preservativo es lo que es! Siempre y cuando cumpla con lo que necesitamos, no tenemos por qué comprar una marca u otra, recuérdalo.