Estética dental para bodas.

La dentadura de la novia

Las bodas son un acontecimiento extraordinario. Sus protagonistas, los novios, invierten tiempo y recursos en mostrar su mejor imagen. Esto incluye, como no, la sonrisa y la apariencia de sus dientes.

En los meses que preceden a la boda, los novios llegan a acudir a un gimnasio para quitarse esos quilos de más, algunos siguen una dieta. Acuden a profesionales relacionados con la estética, como el peluquero, que estará presente hasta el mismo día del enlace. La novia es probable que vaya a que le hagan las uñas, consultará con una maquilladora para estar ese día lo más radiante posible y, es probable, que se someta a algún tratamiento de belleza, como una limpieza de cutis.

Vale la pena. Es una fecha señalada que se producirá una sola vez en la vida. Al menos eso pensamos en nuestra primera boda. A la que más atención prestamos. Me refiero, como no, a aquellos que se casan varias veces.

Los odontólogos de La Chicuela, una clínica dental que lleva más de 30 años de experiencia en la ciudad de Cáceres, nos han sorprendido con la noticia de que cada vez más novios y padrinos se someten a tratamientos de estética dental antes de las bodas.

Sin duda, la apariencia que presenta nuestra sonrisa influye en la imagen deslumbrante que quieren lucir ese día. Según ellos, estos son los tratamientos dentales que más se contratan para las bodas:

La limpieza dental.

Aunque no nos lo parezca, la limpieza dental es uno de los tratamientos más solicitados en las clínicas dentales. Se trata de tener una boca completamente limpia, libre de sarro y de placa bacteriana. Aunque nos cepillamos los dientes a diario, el cepillado común es insuficiente para eliminar esas costras de sarro que se forman entre los dientes y las encías.

La limpieza que podemos lograr en casa no es comparable con una limpieza dental profesional. Quienes han pasado por una de estas sesiones saben que la sensación de limpieza y frescura posterior es difícil de igualar. Por eso, la mayoría de los dentistas recomienda acudir al menos una vez al año al especialista, para someterse a una limpieza de este tipo. Lo ideal sería hacerlo cada seis meses.

Ahora bien, no todas las limpiezas profesionales son iguales. El tratamiento se adapta a las necesidades de cada paciente y al estado de su salud bucodental en ese momento. Entre los procedimientos más habituales se encuentran la profilaxis, la tratectomía y el alisado radicular, cada uno con un nivel distinto de profundidad y complejidad.

La profilaxis es la limpieza más básica, pensada como medida preventiva. Suele incluir la eliminación de placa, un ligero pulido del esmalte e incluso la aplicación de flúor para reforzar los dientes. Es perfecta para quienes mantienen una buena higiene diaria y simplemente quieren asegurarse de que todo está bajo control.

Cuando se necesita una limpieza más completa, entra en juego la tratectomía. Este procedimiento, el más común en consulta, se centra en eliminar el sarro que se acumula entre los dientes y cerca de las encías. Para ello se combinan instrumentos manuales con herramientas ultrasónicas, que permiten una limpieza más precisa sin dañar el esmalte.

El tratamiento más profundo es el alisado radicular. A diferencia de los anteriores, este procedimiento va más allá de la superficie del diente, eliminando bacterias y depósitos de sarro que se ocultan bajo la línea de la encía.

Aplicar este tratamiento antes de acudir a la boda ayuda a que novios, padrinos, invitados; es decir, la persona que se lo ha aplicado, luzca una sonrisa más fresca y aumenta su autoconfianza.

Blanqueamiento dental.

El blanqueamiento dental hará que los novios acudan a la boda con una sonrisa más deslumbrante.

Las clínicas dentales aplican dos tipos de tratamientos de blanqueamiento. El blanqueamiento por LED y el blanqueamiento ambulatorio.

El blanqueamiento dental LED se ha convertido en una de las técnicas más populares para conseguir una sonrisa más blanca en poco tiempo. Aunque no es un procedimiento inmediato, sus resultados se aprecian con rapidez y, sobre todo, de forma segura. A principios de los años 2000, el blanqueamiento por láser causó furor, ya que prometía aclarar varios tonos en una sola sesión. Sin embargo, pronto se descubrió que era demasiado agresivo con el esmalte dental, por lo que los profesionales optaron por una alternativa menos invasiva: la luz LED. Este sistema requiere más sesiones que el láser, pero respeta más la integridad del diente, algo fundamental para los odontólogos.

El tratamiento se realiza siempre en consulta. Durante cada sesión, de aproximadamente una hora, el dentista aplica un gel blanqueador, generalmente con peróxido de hidrógeno o carbamida, sobre la superficie dental. Luego, se activa el producto mediante una lámpara LED que potencia el efecto blanqueador al acelerar la oxidación de las moléculas responsables de las manchas. El número de sesiones dependerá del resultado que se quiera conseguir, pero en todas ellas el especialista controlará que el esmalte no sufra ningún daño. Eso sí, no se trata de un tratamiento permanente; pasado un año, es probable que se necesiten nuevas aplicaciones para mantener el tono deseado.

Otra opción más gradual, pero igualmente efectiva, es el blanqueamiento ambulatorio. En este caso, el paciente realiza el tratamiento en su casa con materiales proporcionados por la clínica, siempre bajo supervisión del dentista. Tras un estudio de la dentadura, se entrega una férula personalizada y un gel blanqueador. Cada noche, el paciente aplica el gel en la férula y la lleva puesta mientras duerme. A lo largo del proceso, se realizan visitas periódicas al dentista para evaluar el progreso. Este método es ideal para quienes no pueden someterse al tratamiento LED por cuestiones médicas, o para quienes prefieren un cambio más progresivo.

Las carillas dentales.

Las carillas son uno de los elementos más efectivos para corregir ciertas imperfecciones que presentan las dentaduras de los novios. De esta manera, los novios lucirán en su boda una sonrisa armónica, simétrica y bella.

Tal y como nos recuerda la web médica Top Doctors, las carillas dentales suelen estar fabricadas en porcelana o composite, dos materiales con características distintas.

Las carillas de porcelana se elaboran a medida, utilizando materiales como porcelana, zirconio o disilicato de litio, lo que les proporciona una gran resistencia y un acabado visual natural. Su durabilidad ronda los 15 años, siempre que se cuiden adecuadamente. Este tipo de carillas se utilizan sobre todo para modificar el tamaño o la forma de un diente, disimular fracturas, corregir la dirección de alguna pieza dental o tapar manchas profundas que no se pueden eliminar con blanqueamientos.

El tratamiento comienza con un estudio detallado de la boca, tras el cual se fabrican las carillas mediante tecnología digital CAD/CAM. Esto permite diseñarlas con alta precisión sin necesidad de manipular directamente la boca del paciente. Antes de colocarlas, el odontólogo lima ligeramente la superficie del diente para que el grosor añadido por la carilla no se note. Una vez adheridas con un pegamento especial, el resultado es totalmente natural.

Aunque son bastante resistentes, no se recomienda morder alimentos duros como cáscaras de frutos secos o marisco, ya que podrían fracturarse. En ese caso, lo habitual es sustituirlas, ya que su reparación es complicada. Hay que tener en cuenta que es un tratamiento irreversible, por lo que hay que estar convencido antes de aplicarlo.

La otra opción son las carillas de composite. Son una alternativa más económica y rápida. Están hechas con una resina moldeable que se adhiere directamente al diente y puede pigmentarse para igualarse con el tono del resto de la dentadura. Son útiles para corregir pequeñas imperfecciones, aunque no ofrecen la misma resistencia que las de porcelana. Su vida útil suele estar entre los 5 y 10 años. La gran ventaja es que pueden colocarse en una sola sesión, ya que el dentista las modela directamente sobre el diente y las pule en el momento.

Ortodoncia Invisalign.

Si bien, no podemos catalogar esta ortodoncia como un tratamiento de estética dental en sentido estricto, sí se trata de un procedimiento que se ha vuelto enormemente popular y al que recurren muchos novios para lucir una sonrisa más bella antes de la boda.

Para aplicar este tratamiento, la revista Redacción Médica recuerda que todo comienza con un escáner dental de la dentadura del paciente.  Con esta imagen, el especialista diseña férulas transparentes a medida que corrigen la alineación dental de forma progresiva. Estas férulas son cómodas de llevar, no rozan la boca ni la lengua como los sistemas tradicionales de ortodoncia. El paciente puede quitárselas cuando lo necesite. Al ser removibles, permiten una higiene dental más completa y sin obstáculos.

El tratamiento se sigue con precisión en cada revisión, ajustando las férulas según los avances. Es una opción discreta, eficaz y menos molesta que los brackets tradicionales.

Con este tratamiento, los novios, o las personas que se lo apliquen, conseguirán una dentadura mejor alineada que influirá positivamente en la belleza de su sonrisa.

Los tratamientos de estética dental de los que hemos hablado, tienen un alcance que va más allá del día de la boda y que, además de la imagen, cuidan la salud de los dientes.

 

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