Movilidad reducida: cuando el cuerpo ya no puede funcionar correctamente como antes

Basta con comprar un poco de leche en el supermercado o visitar espontáneamente a los amigos: las actividades que se dan por sentadas a una edad temprana se vuelven cada vez más difíciles o incluso imposibles a medida que envejecemos. Las enfermedades y el envejecimiento limitan cada vez más la movilidad, por lo que la vida cotidiana se convierte cada vez más en una prueba de estrés para muchas personas mayores y existe el riesgo de que pierdan su independencia. Cuanto menos éxito tienen las personas mayores por sí mismas, menos intentos suelen hacer. Y así la movilidad disminuye aún más y, en última instancia, puede llevar al reposo en cama. La movilidad puede resultar una verdadera fuente de juventud en muchos ámbitos de la vida, especialmente en la vejez.

¿Qué significa movilidad reducida?

El movimiento restringido se refiere a la pérdida parcial de movilidad. Esto sólo puede ser así durante un período de tiempo limitado como consecuencia de un accidente o puede ser permanente, especialmente en caso de envejecimiento. El grado de restricción de la movilidad de los afectados varía enormemente. Mientras que algunos movimientos individuales simplemente requieren un mayor esfuerzo, otros pueden verse tan gravemente afectados que requieren ayuda de otros; en este caso, la movilidad reducida o limitada requiere un plan de cuidados que enumere las medidas de apoyo individuales.

Las causas de la inmovilidad

Puede haber varias razones por las que disminuye la movilidad de un individuo. En muchos casos, la movilidad reducida en las personas mayores se debe al proceso normal de envejecimiento: los huesos se vuelven más porosos e inestables y los músculos se atrofian. Además, las capacidades sensoriales están sujetas a limitaciones a medida que envejecemos. La visión y la audición disminuyen mientras que el tiempo de reacción aumenta. Pero enfermedades como la artrosis, un ictus o la esclerosis múltiple también afectan a la funcionalidad del sistema musculoesquelético. Las causas también pueden residir en trastornos psicológicos como la demencia. Sin embargo, la movilidad limitada a veces se debe a efectos secundarios de los medicamentos o a un accidente. La confianza en uno mismo también es un factor crucial. Debido a los signos del envejecimiento, muchas personas ya no confían en sí mismas para hacer tanto y, por tanto, se mueven menos, por lo que su movilidad sigue disminuyendo.

Movilidad reducida en la vejez: las consecuencias

Dado que nuestro entorno de vida moderno se basa en gran medida en la movilidad, las limitaciones resultantes de las deficiencias son aún más graves. La flexibilidad y el movimiento afectan a muchas más áreas de la vida que sólo el área física. Porque la movilidad está estrechamente ligada a la autoestima, la confianza en uno mismo y la alegría de vivir. Por tanto, la movilidad restringida en la vejez se asocia con una calidad de vida reducida en el ámbito mental y psicológico. Las restricciones al movimiento también hacen que sea más difícil participar en la vida social porque los contactos sociales ya no son tan fáciles de mantener y la participación social es más difícil. En la vida cotidiana, incluso los viajes más sencillos se convierten en un problema, ya sea para ir de compras, ir al médico o hacer un viaje a la naturaleza.

Mantener la independencia en la vejez es vital

Ya sea movilidad limitada después de un accidente o debido al envejecimiento: los afectados tienen a su disposición numerosas opciones para hacer todo lo posible de forma independiente a pesar de su discapacidad y así llevar una vida independiente. Mantener la movilidad también es un principio importante en la atención.

1. Permanecer móvil si la capacidad para caminar está afectada

Si la capacidad para caminar se ve afectada, una tecnología de rehabilitación adecuada puede garantizar que la persona afectada mantenga o al menos recupere parcialmente su movilidad. Dependiendo de la gravedad, esto se puede conseguir con una ayuda para caminar, como un bastón o un andador, que rápidamente se convierte en un compañero indispensable en todos los paseos. Si a pesar de su movilidad limitada no quiere renunciar a su flexibilidad y le gusta recorrer distancias más largas, con un scooter podrá aumentar considerablemente su libertad de movimiento. Una silla de ruedas permite que las personas con discapacidades más graves vuelvan a moverse y les ofrece la posibilidad de participar en numerosas actividades.

2. Pequeños “ayudantes” cotidianos que hacen la vida más fácil

Cuando el cuerpo ya no quiere hacer lo que la mente quiere, incluso las acciones más simples suponen grandes retos para el/la anciano/a o sus seres queridos, y no sólo fuera de sus cuatro paredes, sino también en su propia casa o apartamento. En este caso, es crucial que los afectados no se resignen a la situación actual, sino que agoten todas las opciones que tienen a su disposición para una vida autodeterminada. Incluso si su movilidad está limitada debido a la edad o a un accidente, pueden utilizar diversas ayudas para aliviarle de las tareas cotidianas y así poder realizar la mayor parte de su día a día sin ayuda externa. Si le cuesta abrir latas o botellas porque te faltan fuerzas, un abridor de vasos y botellas adecuado puede aliviarle la carga. Con un carrito de compras ahorra energía al comprar.

3. Apoyo en el baño y en el hogar

Para que pueda dominar por si mismo la higiene personal a pesar de su movilidad limitada, los auxiliares de baño dan el apoyo que necesitan y además ofrecen seguridad y comodidad. Los profesionales de Cuidaria aconsejan como mínimo disponer en el baño:

  1. Una silla de ducha o un asiento de baño.
  2. Asas de agarre que brindan apoyo al estar de pie durante largos períodos de tiempo y ayudan al sentarse y levantarse.
  3. Ayudas de entrada que garantizan una entrada y salida segura de la bañera, ideales si la coordinación de brazos y piernas es difícil, como un escalón de baño o reformar tu ducha con el plato a ras de suelo.
  4. Lavabos con altura baja si el paciente se encuentra en silla de ruedas.

Consejo: mantenerse activo y móvil es crucial para mejorar la calidad de vida en la vejez

La estructura específica de la vida cotidiana depende de la gravedad de la alteración de la movilidad. El objetivo principal es siempre impedir la inmovilidad y así evitar la necesidad de cuidados y reposo en cama. Por lo tanto, los afectados deben realizar ellos mismos tantos movimientos como sea posible o entrenar su movilidad con ejercicios específicos y equipos de fitness adecuados. El concepto de movilidad no se refiere sólo a secuencias de movimiento individuales que son posibles o no posibles. Más bien se trata de las posibilidades que la movilidad abre para la propia vida. Con las ayudas adecuadas, podrá mantener su movilidad durante mucho tiempo a pesar de las deficiencias e incluso de los signos de la edad.

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