Érase una vez la historia de un empresario que venció a la justicia y a Internet. ¿Cómo? Pues os lo vamos a contar porque aunque pienses que ahora mismo es imposible, nuestro héroe lo consiguió. Y ya os digo que no es fácil vencer a la Justicia y yo creo que ahora mismo menos a la red de redes.
Primero nos tenemos que poner en situación. En el mundo de los negocios de hoy en día, la reputación es un activo tan valioso como el capital. Somos lo que aparentamos y el boca a boca nos puede hacer mucho daño. Y la verdad es que lo peor es aprenderlo a base de golpes y es como lo aprendió nuestro protagonista. Preferimos no dar nombres, por lo que le llamaremos Fernando (nombre ficticio). Pues bien la historia arranca cuando nuestro empresario del sector tecnológico fue acusado injustamente de fraude financiero.
Aunque la justicia terminó dándole la razón, su nombre quedó marcado en Internet con noticias que lo señalaban como culpable. Y es que es habitual que la Policía Nacional mande a los medios de comunicación notificaciones, ahora bien, lo luego diga la Justicia aunque pasen años, ya no quieren saber.
Una acusación injusta
Con mucha ilusión, Fernando había fundado una startup enfocada en la ciberseguridad. De esto que ahora hay mucho. La empresa creció rápidamente cuando, de repente, fue acusado de estafa por un exsocio que afirmaba haber sido víctima de algunas acciones fraudulentas. Como suele ocurrir en estas cosas, los medios de comunicación y, sobre todo, las redes sociales amplificaron la denuncia, y en cuestión de días, su nombre se convirtió en sinónimo de fraude. Hasta el punto de que no podía ni salir de casa.
Ya sabemos que la Justicia va lenta, hasta el punto de que el proceso judicial duró dos años y, tras un exhaustivo análisis, los tribunales determinaron que Fernando era inocente. La denuncia había sido puesta con el único propósito de perjudicar su negocio. ¿Y ahora qué? Pues que aunque la justicia le dio la razón, su reputación seguía dañada.
La batalla contra la huella digital
A pesar del fallo a su favor, y esto es lo que suele pasar. Al buscar su nombre en Google, lo primero que aparecía eran titulares que lo vinculaban con la estafa. Y claro, eso queda ahí. Nadie lo borra. Y este problema se arrastra a la vida personal y profesional. Ya nadie se fiaba de él, los inversores desconfiaban de él, los potenciales clientes evitaban hacer negocios con su empresa. Y la verdad es que como reconoce se quedó solo.
Metido en un túnel sin salida. Fue entonces cuando decidió contratar a una empresa especializada en gestión de reputación online. Así, los expertos de Sky Reputation aplicaron diversas estrategias para limpiar su imagen digital, incluyendo solicitudes de eliminación de contenido falso, derecho al olvido y la generación de contenido positivo que desplazara las publicaciones que tanto mal le había en los resultados de búsqueda.
Y así, meses de trabajo dieron sus frutos. Poco a poco, los artículos que hablaban mal de él fueron desapareciendo o quedando relegados a las últimas páginas de los motores de búsqueda. Y eso ya es todo un logro. Al mismo tiempo, entrevistas sobre sus logros, artículos sobre su trayectoria y testimonios de clientes satisfechos comenzaron a dominar su huella digital.
Y esto se logra contando con un experto servicio para eliminar noticias negativas en Google. Este tipo de empresas analiza tu identidad digital y eliminar contenido negativo. Esto es lo que puedes hacer para tener un análisis de reputación.
Ahora mismo, y solo hay que escuchar al Gobierno, las noticias falsas, las famosas fake news, pueden propagarse rápidamente en el mundo digital y causar daños irreparables. En este punto se usa tecnología de inteligencia artificial para rastrear y eliminar en tiempo real las noticias falsas que puedan estar afectando a tu reputación.
Finalmente, la percepción pública de Fernando cambió por completo. Su empresa volvió a crecer y su historia se convirtió en un caso emblemático sobre la importancia de la reputación en Internet. Algo que nunca somos conscientes de lo que es hasta que nos pasa.
¿Qué podemos hablar de todo esto? Pues que el caso de Fernando demuestra que, en la era digital, la justicia no siempre es suficiente para limpiar un nombre, ahora mismo hay mucho más. La huella en Internet puede ser tan implacable como un veredicto judicial. Sin embargo, con estrategias adecuadas, es posible recuperar la reputación y seguir adelante. Ahora bien, tenemos que tener mucha paciencia.
