Rehabilitar o reformar un hogar, sinónimos de bienestar y calidad de vida

Analizando la historia de nuestro país podemos comprender algunas de las cuestiones que tienen que ver con él en la actualidad. Y eso es lo que vamos a hacer en este artículo teniendo como hilo conductor la rehabilitación y reforma de edificios, que es una de las herramientas de las que se tiene que valer cualquier país para ser más moderno y también para garantizar la seguridad de las personas que viven en él. A fin de cuentas, la vivienda es un aspecto fundamental de la vida y conseguir que sea lo más cómoda y segura posible va a ser fundamental para que las personas sean felices y tengan calidad de vida.

A mediados del siglo pasado, una vez que España empezó a dejar atrás la penuria económica en la que se situó tras el final de la Guerra Civil, empezamos a ser considerados como un destino turístico interesante y, además, el país empezó a ver cómo su población fue creciendo (sobre todo de la mano de la generación conocida como el Baby Boom). Todo esto hizo que en nuestro país existiera la necesidad de empezar a construir edificios y viviendas. España estaba creciendo y tenía que proporcionar todas las ventajas posibles a sus ciudadanos y ciudadanas de cara a los nuevos tiempos que se avecinaban. Y levantar casas y pisos fue una manera de hacerlo posible.

Claro, el hecho de que se levantaran tantos pisos y viviendas en aquella época hace que, ahora que han pasado las décadas, sea necesaria una reforma, una adecuación de todos esos espacios. No cabe la menor duda de que los materiales con los que se construyen las edificaciones se van desgastando con el tiempo y que hace falta que estemos pendientes de ellos. No hacerlo sería, además de ilegal, algo que pondría en jaque la seguridad de muchas personas. Por tanto, la jugada está clara en los tiempos que corren: hay que reformar y rehabilitar todos aquellos espacios que, por edad o por salud, lo necesiten.

Lo cierto es que muchas ciudades españolas se han puesto manos a la obra con un tema del que estamos hablando. Lo corrobora una noticia que vamos a compartir con todos vosotros y vosotras a continuación y que procede de la página web del diario El Economista. En concreto, se indica que Madrid ya tendría más de 22.000 pisos rehabilitados para finales del año 2023. Sin duda, esa es una gran noticia y muestra que en España estamos velando por este tema, pero no hace falta decir que debemos seguir caminando sobre la senda de la mejora. Y es que queda mucho trabajo por hacer para rehabilitar todos aquellos edificios y viviendas que lo necesiten.

Tanto es así que, como vamos a comprobar gracias a una noticia que vio la luz en la página web de El Periódico del Azulejo, en España está previsto que se reformen un total de 1’8 millones de viviendas a lo largo de 2024. Es una muestra de que vamos a dar un pasito hacia delante y que nos hemos tomado muy en serio un asunto como del que estamos hablando. No nos cabe la menor duda de que eso va a generar una mejora sustancial de la calidad de vida de las personas que forman parte de nuestros pueblos y ciudades. Desde luego, con reformas y rehabilitaciones eso es mucho más factible que si no se tuviera en cuenta un tema como al que nos venimos refiriendo.

Y es que una de las mejores maneras que existen de potenciar la calidad de vida y el bienestar de la gente tienen que ver con alguna rehabilitación que permita que nuestra vivienda cuente con una eficiencia energética muy grande. Está claro que eso genera ya no solo que cuidemos mucho más de nuestro entorno, sino que también tengamos la oportunidad de ver reducidos los gastos a los que tenemos que hacer frente para calentarnos en casa cuando hace frío, por ejemplo. Sin duda, estamos hablando de aspectos que hay que valorar y que seguro que van a tener una incidencia de lo más positiva en nuestra vida, tanto a corto como a largo plazo.

Una de las principales ventajas que puede tener una rehabilitación que ponga el foco en la eficiencia energética es la mejora del aislamiento de la vivienda. Disponemos de dos tipos de aislamiento, el térmico y el acústico. El primero es importante porque nos permite retener el calor en tiempos de frío y porque nos puede mantener al margen de ese calor cuando estamos en verano. El segundo, por su parte, hace que podamos mantenernos al margen de todo el ruido que se pueda producir en nuestra ciudad. Aunque es verdad que las personas que viven en lugares tranquilos no lo necesitan, sí que hay mucha gente viviendo en ciudades que requiere de un avance como este para que el tráfico viario, el ruido de los aviones o el simple transcurrir de la gente no puedan condicionar su día a día.

Además, hay que decir una cosa y es que es mejor acometer reformas de ese tipo cuanto antes, porque van a terminar siendo obligatorias. Se están promoviendo todo tipo de políticas ligadas al cuidado del medioambiente porque el ser humano se tiene que ir dando cuenta de que no puede mantener el ritmo de destrucción que lleva en la actualidad. Y una de ellas tiene que pasar necesariamente por hacer que nuestros hogares estén mejor aislados para que no tengamos que depender en absoluto de todo lo que tiene que ver con la calefacción o el aire acondicionado, que a fin de cuentas con dos maneras de contaminar que nos brindan un servicio importante, sí, pero que perjudica al estado de salud de la Tierra.

Las rehabilitaciones y reformas de los hogares españoles forman parte de una realidad de la que no podemos escapar y cada vez son más necesarias para garantizar nuestro bienestar y nuestra calidad de vida. Son muchas las personas que se están viendo obligadas a esto a causa de la edad que van alcanzando sus viviendas y hay algo que, según apuntan desde Reforma Integral Granada, es bastante común en todos estos proyectos: todo el mundo está pensando ya no solo en la distribución de los espacios interiores, sino también en la manera de conseguir una mayor eficiencia energética con el hogar que desean reformar.

A medida que nos hacemos mayores…

Es evidente que las necesidades que debe cubrir una vivienda también deben ajustarse al momento de la vida de las personas que la habitan. Como es lógico, si una persona es joven y ya tiene clara cuál va a ser la vivienda en la que va a residir el resto de su vida, puede esperar a acometer una reforma relativa a un espacio interior. Sin embargo, si estamos en la segunda mitad de nuestras vidas, es idóneo que vayamos pensando en que vamos a tener que construir el hogar más cómodo posible para nuestra vejez. Tener un hogar adaptado a las necesidades de una persona mayor va a ser determinante de cara a nuestro futuro.

También es importante que, si vivimos en una comunidad de vecinos, tengamos en cuenta que hay que promover la reforma de las zonas comunes si estamos en esa segunda mitad de la vida de la que hablábamos en el párrafo anterior. Quien escribe estas líneas ha tenido experiencias de lo más curiosas en este sentido, sobre todo relacionadas con vecinos que se opusieron hace veinte años a la incorporación de un ascensor en su comunidad y que han tenido que recoger cable ahora que empiezan a ser mayores y ven la necesidad de garantizar ciertas comodidades a lo largo de su día a día. ¿Que pensaban hace dos décadas, que nunca iba a llegar este momento?

Como estáis viendo, una mentalidad hacia el futuro es una de las mejores aliadas que podemos tener en relación a un tema como del que estamos hablando. Sin eso, todo lo que estamos diciendo carece de sentido alguno. Ojalá que todos y todas tengáis esa visión a futuro, porque es así como se consiguen las cosas y como se avanza en la vida. Hacer las cosas pensando únicamente en hoy no siempre va a proporcionar ventajas. De hecho, lo suele hacer solo para unas cosas, pero no para otras. Por tanto, hay que tener la mente muy bien amueblada para dar en el clavo a este respecto.

Estamos convencidos de que la gente es consciente más que nunca de la necesidad de estar pendientes de la reforma o rehabilitación de sus viviendas. A día de hoy, valoramos más que nunca nuestro hogar como pieza angular para construir esa calidad de vida de la que queremos presumir. Y no debemos abandonar esa idea ni mucho menos, porque es la que nos va a conducir a la felicidad, al objetivo último de nuestra vida y al que también aspiran nuestros hijos y nietos.

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